El arte nos ofrece la posibilidad de explorar el mundo a través de diversas miradas, de acceder a lo inexplicable, a lo fantástico y a lo invisible.
El artista, por medio de las diversas expresiones artísticas plasma sus fines, sus ideas, sus valores, sus sentimientos y sus emociones, creando formas simbólicas que faciliten el camino para acceder a estos mundos y conseguir la comunicación con sus semejantes a través del tiempo
Frente a la obra de arte visual “no hay receptores ni lectores, sino constructores e intérpretes” la apropiación surge de una postura interactiva, de acuerdo a las experiencias que cada individuo haya adquirido. En el programa dia se exploran las representaciones que los niños, según sus características sociales, culturales e históricas, construyen de la realidad
El arte se convierte en una herramienta que le permite al sujeto la posibilidad de creación y transformación de sí mismo, de su realidad y del entorno que lo rodea.
Al hablar del desarrollo de la inteligencia es más que una capacidad heredada y programada, se convierte en “un modo de acción humana que puede crecer a través de la experiencia y que es capaz de ampliar nuestra conciencia. El arte enseña que existe más de una respuesta correcta, con ello, el niño obtiene soluciones alternas que le permiten ser más tolerante con la diversidad. El arte también promueve soluciones creativas para su vida diaria.
Al explorar nuevas posibilidades el arte nos permite liberar y penetrar en el mundo de la imaginación, pero de qué serviría si nos quedáramos inmersos en nuestra vida imaginativa, hace falta que estos productos de nuestra imaginación puedan ser compartidos. El programa dia contribuye a crear este proceso de transformación en los niños.
Empecemos por verlo por la parte humana y social y concluir por la parte económica.
Yo creo que el arte es fundamental al desarrollo humano y social porque todos nacemos artistas. Simplemente ve a niños y niñas en preescolar. Curiosos, inquietos, con ganas de descubrir, crear y compartir. Sólo para que después hagamos todo para matar su iniciativa, apagarlos y hacerles conformar.
El arte es una capacidad humana que ha sido, es y será básica para el desarrollo de nuestra especie y nuestra sociedad. Es lo que nos permite darle un sentido trascendente a los acontecimientos de la vida diaria. En él desarrollamos nuestra facultad para sentir, plasmar, comunicar e inspirar a otros.
Hoy, más que nunca requerimos del arte y del espíritu artístico para revindicar nuestra esencia. Porque es precisamente a través del arte que podemos rencausar el quehacer humano para evolucionar de un pensamiento mecánico cerrado a una visión de vida más abierta e incluyente.
En cierta forma desde la revolución industrial se ha minimizado el valor del arte. Hemos sido condicionados a verlo como algo frívolo y superficial y no como una calidad y destreza que desarrolla lo mejor en nosotros mismos y que tiene la capacidad de impulsar a la sociedad a ser más justa y proactiva.
Detengámonos un momento para recordar como el arte ha jugado en papel fundamental en la historia de nuestra especie viendo algunas de las primeras muestras de civilización que se manifestaron a través de la pintura.
Recordemos las extraordinarias pinturas encontradas por Jean-Marie Chauvet en las cuevas en Ardéche Francia en el año 1994 que demuestran como ya hace 30,000 años nuestros antepasados estaban pintando, esculpiendo, creando joyería y posiblemente hasta componiendo música.
O que podemos decir de la maravillosa Capilla Sixtina cavernícola en las cuevas de Lascaux que encontraron cuatro adolecentes en 1940. Una verdadera obra maestra que data de hace 17,000 años, que consiste de cientos de pinturas figurativa y abstracta que adornan las paredes y techos de la cueva, haciendo un tributo a la vida, al captar el alma de su entorno.
Y finalmente hace apenas 5,000 años nace la escritura y con ella la posibilidad de plasmar la expresión biográfica de creaturas profundamente curiosas e inquietas que se maravillan ante la vida y su recién adquirida conciencia de su propia fragilidad y grandeza.
Sin duda, el arte en nuestra historia no es frívolo ni superficial. No, el arte surge como una capacidad humana que nos ofrece un extraordinario instrumento de comunicación que infunde poderosas emociones para construir y organizar una sociedad a través de la pintura, el baile, la música y la poesía.
Pero igualmente importante, el arte se convierte en una forma de explorar nuestra propia mente y la de los demás. Y nos enseña aspectos específicos de la vida dotándonos de una extraordinaria herramienta para establecer y ejercer juicio moral.
Traslademos esto al momento actual y al mundo de los negocios. Hoy cuando le hemos extraído casi hasta la última gota a la eficiencia de los procesos, el pensamiento artístico, esa capacidad de encontrar nuevas relaciones entre cosas existentes, adquiere una importancia sin precedentes.
El arte tiene la virtud de desarrollar todo nuestro ser. Utiliza la capacidad analítica y racional del hemisferio izquierda de nuestra mente, aunado a la sensibilidad y emociones del hemisferio derecho. Combinación indispensables para forma personas equilibradas, generosas y propositivas capaces de asumir responsabilidad y contagiar a otros a colaborar.
Y es por eso que es fundamental acelerar la enseñanza de arte en todos los ámbitos del quehacer humano. Desde la escuela hasta la oficina y el gobierno. Hay que desarrollar la iniciativa y creatividad en nuestros niños y recuperar esta facultad en nuestros jóvenes y adultos.